Sarah Dornier-Agbodjan señala que la fotografía de familia evoca sin descanso recuerdos y funciona como una práctica real de la memoria para el grupo familiar. J. Miguel G. Cortés apunta que el sistema social contemporáneo está perdiendo la capacidad de retener su propio pasado. Vivimos en la sociedad del espectáculo caracterizada por el totalitarismo del presente. La memoria es un elemento fundamental en la construcción de la identidad personal y colectiva. Los álbumes familiares nos hablan de un tiempo y un espacio histórico colectivo. Es imposible enterrar o esconder el pasado, vivir constantemente en la urgencia del presente.